antigua roma
La música, así como el arte en general, la ciencia y la filosofía pasarían a ser una parte fundamental de la civilización romana. Pero Roma no aportó nada a la música griega. Simplemente se la hizo suya.
Tanto la tragedia como la música griega se consolidaron en la península evolucionando a la manera romana. Adquirieron rasgos característicos que en ocasiones variaron la estética a la que había llegado la música en la civilización griega.
Las celebraciones musicales fueron de gran importancia en la Antigua Roma. Generalmente, se daban grandes fiestas a las que acudían numerosos músicos y coros que hacían las delicias de los oyentes con sus melodías y sus cantos. Recorrían la ciudad para que todo el mundo les pudiera oír.
Se trataba de una transmisión más bien superficial, de carácter puramente festivo y efectista. Durante estas jornadas musicales llegaban de todas las partes del Imperio a la capital, varios “músicos virtuosos”que amenizan y alegran cualquier situación. A éstos les gustaba realizar un espectáculo sensacionalista y con algunas excentricidades, para llamar la atención del público. El factor humor también era relevante para crear esta atmósfera fastuosa y distendida.
En cuanto a los instrumentos musicales más utilizados en la Antigua Roma, éstos provenían de diferentes pueblos de la Antigüedad. Y es que la civilización romana tuvo bajo su hegemonía a culturas distintas, las cuales influenciaban y enriquecían a Roma, a través de sus hábitos, costumbres y tradiciones. Así, los instrumentos solistas que más se usaban eran la lira y la citara.
El primero consiste en una especie de arpa, aunque la lira es más pequeña que un arpa convencional. Se trata del primer instrumento al que la “Biblia” hace referencia y es el único de cuerda que sale en el “Pentateuco”. Estaba, generalmente, hecho de madera y tenía diez cuerdas. Su forma variaba y su tamaño también, primando así el sonido más que la estética. Algunas de ellas eran bastante pequeñas como para tocarse mientras se andaba. El timbre resultaba dulce al oído y la expresión de su música se consideraba como un signo de felicidad.
Con respecto a la citara, hay quienes creen que el decacordio es lo mismo que este instrumento. La citara es una derivación de la lira siendo ésta más amplia y profunda que la otra. Por lo tanto también tiene más sonoridad.
Otro instrumento muy importante, pero considerado no muy adecuado para la educación era el aulos. Éste, normalmente, se dejaba en manos de los músicos más profesionales. Se trataba de una flauta doble con agujeros y una lengüeta. Nerón quería ser considerado como un profesional cuando tocaba la citara ante la gente. Cuentan que en su lecho de muerte decía todo el rato: “Qué artista va a perecer conmigo”.
Se empezaron a representar comedias en los teatros romanos, levantados a la forma griega. Los autores más significativos eran: Plauto (250-184 a.C) con obras tan conocidas como: “Anfitrión”, “Los Cautivos” y “El Cartaginés” o también Terencio (194-159 a.C) con “Andria”, “Los Hermanos” o “Formión”. La tragedia no tuvo una gran trascendencia. Su principal exponente fue Séneca, víctima de Nerón. De las obras del gran filósofo se conservaron catorce tragedias, “Medea”, “Las Troyanas” y “Agamenón”.
Tanto la tragedia como la música griega se consolidaron en la península evolucionando a la manera romana. Adquirieron rasgos característicos que en ocasiones variaron la estética a la que había llegado la música en la civilización griega.
Las celebraciones musicales fueron de gran importancia en la Antigua Roma. Generalmente, se daban grandes fiestas a las que acudían numerosos músicos y coros que hacían las delicias de los oyentes con sus melodías y sus cantos. Recorrían la ciudad para que todo el mundo les pudiera oír.
Se trataba de una transmisión más bien superficial, de carácter puramente festivo y efectista. Durante estas jornadas musicales llegaban de todas las partes del Imperio a la capital, varios “músicos virtuosos”que amenizan y alegran cualquier situación. A éstos les gustaba realizar un espectáculo sensacionalista y con algunas excentricidades, para llamar la atención del público. El factor humor también era relevante para crear esta atmósfera fastuosa y distendida.
En cuanto a los instrumentos musicales más utilizados en la Antigua Roma, éstos provenían de diferentes pueblos de la Antigüedad. Y es que la civilización romana tuvo bajo su hegemonía a culturas distintas, las cuales influenciaban y enriquecían a Roma, a través de sus hábitos, costumbres y tradiciones. Así, los instrumentos solistas que más se usaban eran la lira y la citara.
El primero consiste en una especie de arpa, aunque la lira es más pequeña que un arpa convencional. Se trata del primer instrumento al que la “Biblia” hace referencia y es el único de cuerda que sale en el “Pentateuco”. Estaba, generalmente, hecho de madera y tenía diez cuerdas. Su forma variaba y su tamaño también, primando así el sonido más que la estética. Algunas de ellas eran bastante pequeñas como para tocarse mientras se andaba. El timbre resultaba dulce al oído y la expresión de su música se consideraba como un signo de felicidad.
Con respecto a la citara, hay quienes creen que el decacordio es lo mismo que este instrumento. La citara es una derivación de la lira siendo ésta más amplia y profunda que la otra. Por lo tanto también tiene más sonoridad.
Otro instrumento muy importante, pero considerado no muy adecuado para la educación era el aulos. Éste, normalmente, se dejaba en manos de los músicos más profesionales. Se trataba de una flauta doble con agujeros y una lengüeta. Nerón quería ser considerado como un profesional cuando tocaba la citara ante la gente. Cuentan que en su lecho de muerte decía todo el rato: “Qué artista va a perecer conmigo”.
Se empezaron a representar comedias en los teatros romanos, levantados a la forma griega. Los autores más significativos eran: Plauto (250-184 a.C) con obras tan conocidas como: “Anfitrión”, “Los Cautivos” y “El Cartaginés” o también Terencio (194-159 a.C) con “Andria”, “Los Hermanos” o “Formión”. La tragedia no tuvo una gran trascendencia. Su principal exponente fue Séneca, víctima de Nerón. De las obras del gran filósofo se conservaron catorce tragedias, “Medea”, “Las Troyanas” y “Agamenón”.
Fuente: http://spqrhistoria.foroactivo.com/t57-musica-en-la-antigua-roma